Un, dos y hasta tres veces escuchamos la misma canción. Esa que un día tú elegiste como nuestra. Repeat, tu botón preferido. Bésame mientras la escuchas. Sube el ritmo de la canción y tú te aceleras. Parece una sesión de discoteca. Juegos, besos, caricias, suspiros, te quiero, me amas, abrazos y al final, caes rendido. Duermes. Duermo. Y al despertar...la canción, que aún no ha parado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario